lunes, 17 de diciembre de 2007

RAJOCRISTO



¡Aleluya hermanos! ¡El Mesías ha descendido de los cielos! ¡Ha vuelto para devolvernos a la senda del consenso, la paz y la Justicia! ¡Es él, sin dudas es él! ¡La barba, esa mirada profunda, esa sonrisa cautivadora! ¡Es él! ¡El nuevo Cristo ya yace en nuestra bendita Tierra! ¡Es Mariano, aleluya es Mariano! Hace más de 2000 años Jesucristo obró milagros asombrosos. Convirtió agua en vino, revivió a muertos, dió la vista a ciegos, multiplicó panes y peces. 20 siglos después, Rajocristo, sucesor del padre nuestro Aznar, nos bendice con otra obra maestra de signo divino. Hoy, en una era de modernidad, Rajocristo no nos iba a demostrar sus dotes andando sobre el Mar Menor o pidiendo responsabilidades a sus cargos imputados por la Justicia. ¡No, eso en pleno siglo XXI no sería creíble! Pero si puede, por obra y gracia su poder crístico, solucionarnos todos los males habidos y por haber.



Para empezar, nos deleita con un gran milagro: la mayor bajada de impuestos de la historia de la democracia más (y eso es lo más milagroso de todo), ingentes cantidades de políticas sociales como pagas de 650 euros a los jubilados y guarderías gratis para todos. ¡Milagro! En este mundo terrenal nadie había llegado tan lejos. Ningún Nobel de la Economía lo había logrado. Pero él, él es el Mesías. Españoles, creed en él y el reino de los cielos será vuestro. No ha explicado como lo hará, ni de dónde sacará el dinero. La lógica humana nos lleva a conocer, que si bajas mucho los impuestos, tienes menos presupuesto para gastar y por ende, las políticas sociales se reducen exponencialmente a la privatización de servicios. Pero RajoCristo es mucho Rajocristo, y como su antecesor Jesús, no explica cómo multiplica peces o cambia panes. Es fe hermanos, fe.



Bromas aparte, para los que tenemos los pies en el suelo la última andanada mediática de Rajoy no tiene credibilidad alguna y supone, una vez más, una afrenta a la inteligencia de los españoles. Para empezar es muy sospechoso que el señor Rajoy se llene la boca hablando de pensiones a 3 meses de las elecciones cuando lleva casi 4 años sin mentar el tema, ni una sola interpelación al gobierno, ni una sola propuesta, ni una sola exigencia. Es mucho más creíble la política social del presidente Zapatero pues lleva toda la legislatura practicándola, muchas veces con la oposición férrea de la oposición. Los que pedían cuentas y bocetos al gobierno sobre otras medidas sociales -cómo van a pagarlas preguntaban exaltados- ahora se niegan a dar ejemplo desgranando como financiarán sus medidas estrella compaginando esa famosa bajada de impuestos que mermaría, según Solbes, en 25000 millones de euros nuestras arcas públicas. El camino de este derechona es el mismo, privatizar servicios públicos de interés general. Más sanidad privada, más educación concertada y más seguridad privada. Pero juegan tan sucio que son tan hipócritas como para obviar la segunda parte del plan.




Volviendo al pasado reciente, es significativo volver la vista atrás y recordar las decisiones y medidas que adoptó este señor, hoy creído y convencido de su mesianismo, cuando fue ministro en los gobiernos de Aznar. Sí, es el mismo que congeló sueldos a gogó. El mismo que se sentaba en un consejo de ministros que firmaba subidas pírricas para las pensiones. El mismo que formaba parte de un grupo parlamentario y un gobierno que desterraba la inversión en políticas sociales en aras de una privatización progresiva del sector público. Entonces, ¿qué credibilidad tiene? Podría prometer la luna y quedaría igual. Sus propuestas carecen de credibilidad y honestidad. Si Mariano quiere cuadrar cuentas bien haría, por ejemplo, empezando a depurar responsabilidades en sus alcaldes corruptos, que los tiene a cientos. También podrías Mariano, tanto que te preocupas por los desfavorecidos, coger el teléfono y darle un toque a Esperanza Aguirre, Valcárcel y Camps, que están boicoteando la Ley de Dependencia, entre otras.

Mariano Rajoy: bajada de impuestos y pensiones para todos.

No cuela, no cuela.